“Para mí solo recorrer caminos que tienen corazón,
cualquier camino que tenga corazón.
Por ahí yo recorro, y la única prueba que vale es atravesar todo su largo.
…
Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no afrenta, ni para ti, ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice.
Pero tu decisión de seguir en el camino o dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo…
¿Tiene corazón ese camino?
Si tiene, el camino es bueno; sino, de nada sirve.
Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida.
Uno te hace fuerte; el otro te debilita”